La gran mayoría de las personas que han estado en Andalucía seguro que han visitado Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla. Indudablemente habrán visto la Mezquita de Córdoba, han admirado la Alhambra de Granada, se han tumbado al sol en las playas de la provincia de Málaga, y aprovechando la estancia han realizado una visita cultural al Museo Picasso, incluso habrán entrado en la Catedral de Sevilla y subido a la Giralda. Alguno que otro, puede haber vivido el Carnaval de Cádiz, o sabe que en Almería hay una gran zona desértica donde se han rodado entre otras, muchas películas tipo «western», o conoce el Parque Nacional de Doñana en la provincia de Huelva. Estos son los típicos lugares que otros te recomiendan, o de los que más publicidad se hace.

Sin embargo, la ciudad y la provincia de Jaén son las grandes desconocidas. Kiko y yo conocíamos lo más básico de allí, como que es una tierra donde hay muchos olivos y por lo tanto un gran producción de aceite. También habíamos pasado ya numerosas veces por «Despeñaperros», como casi todo aquel que quiere abandonar Andalucía por el norte, y también habíamos estado una vez en la Sierra de Cazorla, donde por cierto nace el río Guadalquivir.

Así que avergonzados de conocer tan poco de Jaén, y con la emoción por descubrir algo nuevo, decidimos ir en nuestras pequeñas vacaciones a conocerla. Buscando por internet información sobre nuestro destino, nos topamos con la «Ruta de los Castillos y de las Batallas de Jaén».

Mapa

MAPA

Bueno, el nombre ya lo dice, la «Ruta de los Castillos y Batallas de Jaén» es una ruta que recorre la parte occidental de la provincia de Jaén de norte a sur. A lo largo de los distintos recorridos, podemos visitar sus majestuosos castillos ubicados en lugares estratégicos de extraordinaria belleza, además de obtener información sobre las dos batallas más famosas que tuvieron lugar en esta provincia.

Su web, www.castillosybatallas.com, es muy completa y muy informativa. En ella podemos encontrar un mapa interactivo donde se indican todos los pueblos y emplazamientos donde hay castillos, fortalezas y centros de interpretación de la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) y la Batalla de Bailén (1808). Haciendo clic en cada uno de esos puntos aparece una breve descripción con fotos de lo que se puede ver, así como los horarios, teléfonos de contacto y las localizaciones.

Además para hacerlo un poco más divertido o atractivo, te ofrecen un pasaporte que debes ir sellando en todos los establecimientos colaboradores, y con él tendrás derecho a descuentos directos, ofertas, regalos y sorteos. Nosotros, cuando estuvimos por su web, esa parte nos la saltamos, así que no nos enteramos de su existencia hasta que no llevábamos visitados unos pocos castillos. No importa, al final nos lo hicieron en Arjonilla, y de esa manera ya tenemos otro motivo para volver a hacerla.

La ruta nos la organizamos en 5 días, y nos la dividimos en dos sectores, seleccionando un hotel para dormir que fuera céntrico en cada uno de ellos. Las dos primeras noches nos quedamos en Alcalá la Real y las dos últimas en Mengíbar.

La ruta que diseñamos era la siguiente:

Día 1 – Castillo de Alcaudete (Alcaudete), Fortaleza de la Mota (Alcalá la Real).

Día 2 – Castillo de Sta. Catalina (Jaén), Castillo del Berrueco (Torredelcampo), Castillo de la Villa y de la Peña (Martos).

Día 3 – Castillo de Baños de la Encina (Baños de la Encina), Centro de Interpretación de la Batalla de Bailén (Bailén).

Día 4 – Castillo de Navas de Tolosa (La Carolina), Castillo de Castro Ferral y Centro de Interpretación de la Batalla de las Navas de Tolosa (Sta. Elena), Castillo de Vilches y Castillo de Giribaile (Vilches), Castillo de Sta. Eufemia y Castillo de la Tobaruela (Vilches).

Sí, sí, este día nos vinimos totalmente arriba.

Día 5 – Murallas (Andújar), Aljibe del Castillo (Arjona), Castillo del Trovador Macías (Arjonilla), Castillo de Lopera (Lopera), Murallas y Torre de Boabdil (Porcuna).

Este era nuestro itinerario previsto para esta escapada a Jaén. Íbamos bien asesorados, con las rutas bien estudiadas, con todas las visitas más o menos concertadas, equipados para andar y meternos por el campo, con ropa de abrigo, impermeables y paraguas (ya que según las predicciones iba a llover mucho y a refrescar). Pese a todo, tuvimos que modificarlo, ya que no contábamos con Romerías, días de cierre al público modificados, alguna que otra obra, el rescate de la Guardia Civil, y sobre todo porque nos diluvió en alguna que otra ocasión, lo que hizo que algunos castillos no pudiésemos visitarlos.

Aun así, cuando llegamos a Jaén nos encontramos con una tierra maravillosa, que te enamora desde el primer instante. Los castillos son impresionantes, algunos están mejor conservados que otros, pero todos poseen ese encanto, esa magia de gigantes que han soportado el paso del tiempo, que guardan secretos e historias entre sus muros, que hacen que te preguntes cómo habría sido la vida en ellos. Estratégicamente construidos en los puntos más altos para controlar el territorio, el paisaje que desde ellos puedes contemplar te cautiva y calma.

Pero si hay algo que tenemos que destacar de este viaje y de Jaén, es su gente. Durante todo nuestro recorrido nos hemos encontrado con gente maravillosa, alegre y muy amable, que no ha tenido en ningún momento inconveniente de perder su tiempo con nosotros explicándonos y contándonos cosas, acercándonos a esta hermosa desconocida que es Jaén, y que quien la visita siempre se queda con ganas de más.

Gracias de corazón a todos ellos.

Durante los próximos posts os iremos contando detalladamente nuestro viaje por tierras jienenses, lo que hemos visto, lo que nos ha gustado más o menos, lo que hemos ido haciendo, nuestras recomendaciones, … Esperamos que os guste e inspire.

Gracias por vuestro tiempo. Hasta la próxima.